En las sesiones de coaching ejecutivo, o dirigido a desarrollar habilidades o capacidades profesionales, lo habitual es comenzar conversando sobre situaciones profesionales que desembocan en cuestiones personales.

Como he venido comentando en este blog, tengo un enemigo recurrente que mina la autoestima con demasiada asiduidad. La culpa, personalidad culposa o la tendencia a considerarse única y exclusivamente el causante de los errores y adversidades de la vida, suele aparecer en las conversaciones con mis clientes afectando a la autoestima y como es natural a la confianza en sí mismo.

Cuando exploramos la confianza en sí mismo para acometer nuevos retos o cambios en sus vidas, y les aqueja no encontrarla en algunas ocasiones, suelen aparecer un hábito que se identifica por la culpabilidad en sus soliloquios. Suele estar tan arraigado que la persona a veces no es consciente que eso le está afectando, tanto a su autoestima como a su confianza.

En el test de optimismo de Seligman cuando se valora la dimensión PSB o Personal Bad, hasta qué punto consideramos que las adversidades ocurren fruto de nuestra causa, la escala no viene medida entre muy optimista o muy pesimista, sino entre el grado de autoestima que tiene la persona, si alta o baja. Puntuar alto en la dimensión PSB se correlaciona con una autoestima baja. Lo demuestra Seligman en su test y voy tomando consciencia en cada sesión que tengo con cada cliente.

Si quieres saber más sobre tus patrones de pensamiento y su impacto en tu autoestima, confianza en ti mismo, en las expectativas que tienes sobre ti y en los retos que te marcas, no lo dudes. Dale una oportunidad a tu Progressio personal y profesional. 😉

Fotografía: PENTAMAX – K

Raúl Perales Acedo

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